martes, 5 de octubre de 2010

Me desahogo en estas líneas Presidente, ¡y le doy un aplauso a Adriana y Andreína!

Por Jenny Lynn Mendoza
jennypaty@gmail.com


Al ver la valentía de las periodistas venezolanas, quienes ya en dos ocasiones recientes han “enfrentado” (por usar un término) al Presidente con preguntas que lo han dejado sin respuesta, no puedo evitar sentirme orgullosa de mi profesión y al mismo tiempo reconocer la excelente labor que realizan mis colegas.

Durante una entrevista no podemos dejarnos llevar por el entrevistado simplemente por miedo a incomodarlo, a represalias o a factores externos; nosotros, somos quienes debemos manejar el momento. Un buen periodista tiene que ser ágil, y de la mejor forma, convertir el encuentro en una conversación en la que ambos se entiendan y el comunicador obtenga la información que necesita.

Y eso, nada más que eso, fue lo que hicieron Adriana Núñez y Andreína Flores en su “turno al bate” con el presidente Chávez. Estamos hablando de una oportunidad gigante la que tuvieron ambas periodistas, puesto que a través de sus micrófonos, tuvieron el chance de hacerle llegar en público a quien gobierna el país (y sin dejarlo pensar mucho las respuestas), las interrogantes que, muy probablemente, nos planteamos una buena cantidad de venezolanos.

A mí, particularmente, me hubiese encantado que el presidente Chávez en vez de irrespetarlas e ignorar sus preguntas (sencillamente por no saber qué decir), les hubiera respondido de forma clara y directa, y así despejar de una vez por todas las dudas que pueda haber en la población. Un tonto e ingenuo sueño de mi parte.

Y es que yo como venezolana que soy, tengo derecho a saber en qué medida un “parlamentarismo comunal” podría sustituir a una Asamblea Nacional electa. Así como la posibilidad de que sea extendido al resto de la población, el aumento salarial del 40% decretado para el sector militar, (solicitud hecha por la CTV). De igual forma, tengo derecho a informarme si realmente ciudadanos cubanos participarían en la Fuerza Armada Nacional, y de ser así, en qué sectores estarían y con cuáles tareas.

También, tengo derecho a saber cómo es posible que en las elecciones parlamentarias recientes realizadas en Venezuela, obteniendo casi el mismo número de votos que el Partido Socialista Unido de Venezuela (una diferencia de apenas 100.000), la oposición haya alcanzado 37 escaños menos, ¿eso no confirmaría la tesis de la oposición, la cual plantea que la redistribución del peso de los circuitos electorales se hizo con la intención de favorecer al PSUV? De igual manera, como venezolana que soy, me gustaría enterarme, por ejemplo, de la posición del Presidente de mi país ante la destitución e inhabilitación de la senadora colombiana Piedad Córdoba.

Textualmente esas preguntas, y en ese mismo orden, fueron las planteadas al presidente Chávez por las periodistas Adriana Núñez de Televen y Andreína Flores de RCN noticias de Colombia y Radio Francia, respectivamente. ¿Tienen algo de ofensivo o fuera de lugar? ¿Demuestran falta de conocimiento o de ética? ¡No!, al contrario; pienso que son preguntas claras, bien realizadas, cargadas de valentía y coraje. Sin duda, como lo dije anteriormente, recogen y resumen lo que quiere saber el pueblo, y en vez de responder, el primer mandatario se escudó con evasivas y ofensas a los medios que representan ambas comunicadoras.

Una especie de tregua y un poco más de tolerancia, es lo que creo que necesita tener con los periodistas en Venezuela Presidente. Yo sé que muy probablemente usted ni se entere de mis líneas, no sepa quién soy y mucho menos le interese saber, pero igualmente me voy a desahogar un poco esta noche. ¿Ya está bueno no cree? Son más de once años en el poder, y realmente necesitamos paz, los venezolanos queremos vivir tranquilos; tanto periodistas como ciudadanos comunes, queremos respuestas, necesitamos hechos y menos palabras, menos discursos. En definitiva, un mejor país en el que todos podamos habitar y convivir en armonía.

En lo particular, si yo tuviera la oportunidad de entrevistar algún día a Hugo Chávez, le preguntaría tres cosas mirándolo a los ojos y de forma directa. Me gustaría que me respondiera:

¿Por qué ahora hay más niños en la calle si usted prometió durante su campaña presidencial que acabaría con ese problema?

¿Qué le dice a los venezolanos que han perdido a sus familiares en manos de la delincuencia?

En las elecciones parlamentarias realizadas recientemente, el 52% de los venezolanos votó en contra del PSUV, partido que usted representa. Esto se traduce, inevitablemente, en que la mayoría está en desacuerdo con su mandato, ¿qué piensa de eso?

Probablemente, sus respuestas no llenen mis expectativas ni las de quienes escuchen la entrevista, y usted seguramente me responda contándome una historia de cuando vivía en Barinas. O de acuerdo a su humor, quien quita y hasta me ofende o convierte todo en un chiste. Pero de algo estoy segura: esas tres preguntas, junto a las de Adriana y Andreína, no me las hago yo nada más; y precisamente esa última, debería ponerlo a pensar y preocuparlo un tanto a usted, y alegrar un poco a la oposición y ponerla a trabajar de inmediato para su próximo encuentro en 2012.